El Poli Jaime Isaza busca ser universidad para aliviar dificultades económicas

Los esfuerzos no han menguado la crisis. El Politécnico Jaime Isaza Cadavid (JIC) sigue en cuidados intensivos y sus directivas lanzaron un fuerte y único clamor: que la Gobernación de Antioquia, su dueña, le dé prioridad en la destinación de recursos, pues el apoyo ha sido insuficiente.

Y es que si bien en tres años el déficit financiero en la institución de educación superior se ha reducido en $12.486 millones, hoy el saldo negativo está en $7.500 millones y si no se toman medidas urgentes podría volver a crecer (ver gráfico).

La situación tiende a agravarse pues el incremento de matrículas está congelado y la inversión presupuestal de la Gobernación no crece a la par de salarios de docentes y otros empleados de la institución.

Para 2018, el gobierno seccional destinó $42.125 millones al JIC, sin embargo, esa plata es poca para que el Poli subsista, según el rector Libardo Álvarez, que propuso a la administración seccional subir tres puntos más la base presupuestal que le entrega a la institución (actualmente es IPC más 2 puntos).

“Si nos adicionan tres puntos, serían $1.200 millones anuales. En cuatro años ya no tendríamos déficit”, anotó y agregó que paralelamente está buscando recursos con una estrategia de volver la Vicerrectoría de Extensión una unidad de negocios, “que tiene que vender, saber hacerlo y ofrecer”.

Todos somos Poli

De las dificultades del JIC son conscientes los diputados de la Asamblea de Antioquia, que también piden soluciones de fondo, más allá de la aprobación, el martes pasado, de una estampilla que le representaría cerca de 6.000 millones de pesos.

Según el corporado Luis Peláez, la Gobernación ha priorizado, tradicionalmente, la inversión en infraestructura sobre la educación, y “ha dejado huérfano al Poli”.

“Las directivas viven como mendigos pidiendo plata. Y se les dice que tienen que hacer mucho, pero casi sin dinero. El problema se soluciona con voluntad y dinero, pero no se ve en el presupuesto, culpa de movimientos presupuestales que se hacen y los intereses de cada gobernante”, señaló.

En ese sentido, el también diputado Juan Esteban Villegas, pidió a la Alcaldía de Medellín hacerse corresponsable del Poli, y comentó, que en los próximos días le propondrán al alcalde Federico Gutiérrez y al Concejo que aporte recursos a la institución.

“Más del 80% de los estudiantes viven en Medellín y su área metropolitana, por eso en un acto de corresponsabilidad y la formación de los muchachos, Medellín debe hacer transferencias corrientes, año tras año, para apoyar a los estudiantes y ampliar la cobertura en la ciudad”, explicó.

En el JIC hay 14.500 estudiantes de pregrado, 13.000 están en el campus de El Poblado (el resto en sedes regionales), 6.200 son de Medellín y otros 4.800 de municipios del área metropolitana.

De politécnico a universidad

Una de las estrategias bajo la manga que tiene el rector para sacar al JIC del déficit es dar el paso de institución universitaria a universidad y así optar por recursos de la Nación.

“La ley dice que los recursos son para todas las universidades, pero como somos institución universitaria, un nivel más abajo, entonces la plata no nos llega”, enfatizó.

Las cuentas de las directivas del Poli muestran que para dar el salto a universidad se necesitan $25.000 millones adicionales al presupuesto asignado por la Gobernación, con el fin de ampliar la planta de docentes de tiempo completo y mejorar laboratorios.

“Se exige tener 40 estudiantes por profesor, pero nosotros no alcanzamos (son 100 por profesor). Los públicos nos defendemos con educadores de cátedra, por presupuestos tan bajos”, concluyó.

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