El primero de enero, en la posesión de los nuevos Diputados de la Asamblea Departamental, presenté una proposición para ser elegido como vicepresidente segundo de la corporación, amparado en el artículo 6 y 7 de la ley 1909 de 2018, llamado Ley de oposición, que se estrena este año en Colombia. Los colegas eligieron a otro corporado. Sin embargo, las implicaciones son mayores a perder una contienda. Lo explico.
Desde el año pasado, la Asamblea Departamental realiza un concurso para elegir al Contralor de Antioquia. Está de más, reafirmar la importancia del cargo y las implicaciones que tiene para el departamento.
La Mesa Directiva de la Asamblea es la encargada de revisar las hojas de vida de los candidatos al cargo de Contralor, evaluar las normas del concurso que adelanta la Universidad de Antioquia e implementar o firmar las adendas o modificaciones. Y es en este primer período donde se hace el proceso.
Vale la pena recordar que fui, junto al ahora representante a la Cámara del Polo Jorge Gómez y el ex concejal de Medellín, Bernardo Alejandro Guerra, quiénes realizamos las indagaciones y denuncias que destituyeron al anterior Contralor de Antioquia y que lo tiene con investigaciones en la Fiscalía.
Mi postulación era llevar una voz de experiencia, transparencia y seriedad a la Mesa Directiva para tramitar la importante tarea de elegir la persona que velará por nuestros recursos, objetivo que me impulsa en mi carrera política. La negativa de la Asamblea a mi proposición me impide acceder a información vital para ese ejercicio.
Desde mi curul, hago un llamado a los dirigentes sociales, personalidades y medios de comunicación para que estemos atentos al proceso de elección por el bien de Antioquia y sus recursos.