Para salvar responsabilidades penales y disciplinarias por decisiones que no tomaron, renunció la Junta Directiva de las Empresas Públicas de Medellín, EPM, tras la última de las decisiones del alcalde Daniel Quintero, desbordando los límites de la ley y sus funciones. El Alcalde no consultó ni la ampliación del objeto social de la compañía ni las demandas civiles a los contratistas por el proyecto Hidroituango
“Las decisiones de los gobiernos corporativos tienen unos trámites, formas y un respeto a la Ley que el Alcalde, o no entiendo o no le importa. Es un Alcalde sin Ley. Para él, la Junta Directiva es un convidado de piedra” concluyó el corporado de oposición al tiempo que hizo un llamado a la sensatez y al respeto por las normas como caracteriza a los antioqueños.
La renuncia de la Junta Directiva es correcta, Hace parte del respeto al acuerdo 69 de 1997. Son la cabeza máxima de EPM y las decisiones inconsultas de su cabeza principal, el Alcalde de Medellín, amenazan la legalidad de las acciones tomadas.